
+QMAR

Cada viaje con cada ciudad y su gente, misterioso mundo de experiencias.

Sin la novela de la tarde, un paseo tranquilo.

Lente: Bernardo Herrero

Lente: Bernardo Herrero.

Sin la novela de la tarde, un paseo tranquilo.
Arica y la ex Isla Alacrán.
Antes era la zona franca del norte de Chile, hasta que la regalona de Iquique le quitó el puesto.
Ciudad de muchos militares, desfiles, barcos, camiones, frontera con Perú y de ese cercano paseo por los sabores de Tacna.
La gente es cordial, viven al ritmo de la ciudad, aman su lugar y saben el paraÃso que tienen, con su rico mar.
Un raider salió del Gringo y le dijo al Chato Edwin, local de la ola, -Ustedes si que son millonarios. Mirá la ola que tienen.- Desde la inocencia del niño que guardaba dentro, la pureza con que dijo las palabras, dejó al resto sin nada que decir, respeto por aquellos.
Comer algún marisco, un fresco pescado a la plancha, relajarse al sol por la tarde, correr las olas de Las Machas hasta agotar el cuerpo, subir cuestas que ponen a prueba cualquier estado fÃsico, tirar una foto con el cristoen la cima del morro, ser bombardeado en alguna de las plazas blancas por los pájaros.
Arica... siempre es buen momento para volver.

Lente: Maickel.

Lente: WTF.

Mirando la entrada del swell, esperando a ver quién se mete.

Lente: Maickel.
Iquique, tierra de lobos.
Su gente son lobos de mar, jóvenes y viejos, conocen los fondos marinos, amantes de sus olas, aguardando los clásicos swells, protegiendo sus picos y .
Es aquella ciudad que envuelve con su magia, no es raro que te quedes pegado allà o que quieras volver.
Encuentras surf, bodyboard, stand up paddle, kayak, parapente, skate, longboard, down hill, mountain bike, treeking, running, por nombrar algunos deportes.
En cuanto a comida, frescos ceviches y pescados; restaurantes por menú que te tentarán a no cocinar nunca más, comida fusionada, peruana, japonesa, china, asiática, argentina.
La noche no deja de respirar un dÃa, siempre llama para el encuentro con amigos, en la penÃnsula, su lugar más chic, en Baquedano, con sus bares y por el mercado, con sus afters escondidos.
La ciudad del clima rico y las olas de tus sueños. y pesadillas más reales.

Buscando se encuentra la sesión.

Lucas Monchi enseñando a la crew.

A orillas del rÃo se levanta la ciudad.

Buscando se encuentra la sesión.
Necochea, ciudad al sur.
Ubicada al Sur de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, Necochea es visitada mayoritariamente en verano por turistas de todo el paÃs y de lugares que ni te imaginas. Es que siempre algún necochense anda viajando por el globo, en eso se cruza a un amigo que lo acogió bien en el extranjero y como no lo va a invitar entonces a su casa, a esa tierra de olas con fondo de arena, pinos y parques verdes, dunas donde practicar motocross, 4x4 o donde perderse en las noches de luna llena.
La noche es prendida, la gente buena onda. Los sunset se combinan con bandas en vivo o su cervecita en la playa, la caminata por la rambla y la 83.
Parrillas ​con excelentes carnes, restaurantes de pastas, pizzerÃas y heladerÃas, algo tÃpico de la comida argenta.
El balneario en verano y el escape de invierno te espera.

Un dÃa de viento, desde su cima, divisarás el mar.

Costa Bonita.

Lugar de reencuentro con amigos.

Un dÃa de viento, desde su cima, divisarás el mar.
Quequén, en la piel.
Pequeña ciudad de playas, dunas. calles aún de tierra, ritmo desacelerado. faro que guÃa a los barcos que buscan refugio llegando de ciudades lejanas, vecinos ancianos y familias en busca de una vida más relajada, cerca del mar acompañado de las cuatro estaciones del año bien marcadas, para sentir el frÃo húmedo de la cosa en invierno, sus vientos y sudestadas; la resolana en las sesiones de primavera sin nadie más que los locales en el agua; los eternos veranos de fiesta y buena onda, bandas en la playa, fogones, reencuentros con amigos; y su otoño, tranquilo, caminando despacio, con algo de viento y mates calientes al salir del agua. Puede que su paseo en Las Pascuas acorte la espera hasta el verano, puede hasta que seas bendecido por el Santo Swell de Semana Santa.
Rampas de skate cerca de la playa, Jamming con su restaurante y hostal frente al mar, Costa Bonita a 5 kilómetros te convierte en ermitaño y puede que consigas tu segundo hogar. Algo simple y natural.